No es fácil confiar en aquello que todavía no es. Solamente puedo expresarme en el aquí y ahora. No hay otro lugar para la acción que el presente. Sólo yo puedo expresarme y soy responsable de eso. En el diálogo con la pieza dejo de ser la medida de las cosas. Es el dibujo el que reclama mi atención, el que me pide cosas, el que me exige que renuncie a lo que creo conveniente y que acepte lo que me trae. En esta entrega aprendo de mí, y a la vez entro en contacto con una fuerza que es mucho más amplia que mi pequeña concepción de mí mismo.
Hay lo que está dibujado. Lo que no está dibujado no está y no puede ser reemplazado por explicaciones ni excusas.
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