Creo que en nuestra cultura se ha perdido la auténtica percepción de la existencia; está oculta. Lo único que hacemos es vagar por lo que nos parece que es la realidad. La mayor parte del tiempo no somos conscientes ni de que estamos vivos.
En el espacio entre una pieza y otra reside la esencia del cuerpo de la obra. A menudo, lo que cuenta entre dos o más islas son los puentes imaginarios que las unen.